Del CAD al BIM (II): problemática I
Y con unas ventajas tan evidentes... ¿por qué no se implanta masivamente?
En el post "Del CAD al BIM" hablaba de las ventajas que supone el uso del BIM frente al CAD, que son numerosas e indiscutibles, sin embargo hay un hecho claro que no se puede obviar y es que, en España, existe un uso masivo y casi monopolista de un único programa de CAD que hace que el uso de los programas BIM sea poco menos que ciencia ficción para la gran mayoría de arquitectos hoy por hoy. ¿A qué se debe todo esto? ¿Por qué no se implanta si tiene unas ventajas tan evidentes? Aunque la pregunta es clara y concisa puede que no haya una única respuesta, sino varias. Una respuesta rápida sería decir que ocurre por desconocimiento: aunque parezca mentira, a pesar de que el concepto del BIM no es para nada nuevo, es todavía algo muy difuso y no existen muchas personas que entiendan sus particularidades y, por tanto, sus ventajas. Si no se conoce la existencia de algo, difícilmente se podrá optar a ello.
Otra respuesta puede ser que las personas que se encargan de comprar las herramientas informáticas no suelen ser las mismas que se pasan la mayor parte del tiempo usándolas y por tanto desconocen la problemática del método de trabajo utilizado y tampoco conocen las soluciones reales que ofrece el mercado. Sus preocupaciones y necesidades son otras muy alejadas.
El precio podría llegar a ser otro impedimento pues podría parecer más elevado que el de los programas de CAD, a pesar de que se trata de conceptos distintos y por tanto difícilmente comparables. En el precio de un programa BIM no solo se está pagando por un programa de dibujo, sino que podríamos llegar a incluir licencias de otros programas como los de mediciones, modelado 3D, renderizado... y sobretodo hay que tener en cuenta la mejora de nuestra productividad y el ahorro en tiempo (y dinero) que eso supone. Si consideramos las horas que nos ahorramos en generar planos, en recuperar versiones antiguas, en coordinar trabajos en grupo, revisión de planos buscando errores, en impresiones... seguro que no parecen tan caros (comparativamente hablando).
Dado que no son pocas las empresas que no entienden la necesidad de adquirir licencias de las herramientas informáticas que utilizan en su día a día existe otro factor ligado con el precio, y es la facilidad (o no) de encontrar versiones "pirata". Si lo que únicamente se tiene en cuenta es no pagar ni un euro por los programas aún a pesar de incurrir en prácticas ilegales está claro cual será la elección: el programa cuya copia pirata sea más fácil de encontrar. Los programas de BIM tienen en la piratería un fuerte competidor ya que se da el caso de que sus copias ilegales no son fáciles de encontrar, por paradójico que parezca.
Otro asunto que no puede obviarse es que los programas BIM están enfocados a hacer edificios. Como muchos sabemos, en el proceso desde que se diseña un edificio hasta que se construye y se vende son muchos los profesionales implicados; los arquitectos somos un pequeño grupo dentro de un sector que compartimos con ingenieros, arquitectos técnicos, delineantes, promotores, constructores... Dado que cada uno de estos agentes tiene unas necesidades muy distintas, el programa que puede convenirle a uno no tiene por qué ser el mejor para otro, y sin embargo se tiene que poder compartir y transmitir la información de unos a otros de forma sencilla para que todos puedan aprovecharla. Hasta ahora se ha optado por usar un programa que no le va mejor a nadie pero que todos entienden, pero existen alternativas a eso que pasan por los formatos de intercambio de datos.
Sin embargo, a pesar de que estas posibles respuestas no son para nada desdeñables esconden una respuesta de nivel superior que no es otra cosa que algo que ya he denunciado en alguna ocasión: la falta de crítica/criterio en general y con el software en particular. Son pocas las personas que realmente se plantean si las herramientas informáticas que utilizan son las más adecuadas para ellos y simplemente se dejan arrastrar por la tónica general. Si realmente nos planteásemos cuales son nuestras necesidades reales, qué necesitamos, cuanto nos cuesta darles solución y pensásemos si podríamos hacerlo mejor, en menos tiempo o con menos recursos la respuesta sería otra. Seguro.
Curiosamente, de todo esto no he oído hablar a ningún arquitecto detractor del BIM. De lo que sí hablan los arquitectos que no están a favor del uso del BIM es de su falta de flexibilidad, de que cohartan la capacidad creativa, condicionan los resultados... y de eso hablaré en el próximo artículo.